Teoría de la Inflación Cósmica
La teoría de la inflación cósmica fue desarrollada por los físicos Alan Guth, Andrei Linde, Paul Steinhardt, y Andy Albrecht alrededor de 1980 para explicar algunos enigmas que la teoría del Big Bang no podía resolver.
La teoría explica cómo el universo se expandió de manera uniforme y muy rápidamente un instante después del Big Bang, hace 13 mil ochocientos millones años, que es la edad del universo según lo que confirman medidas recientes.
Desde nuestra posición en la galaxia de la Vía Láctea, podemos observar una esfera - el universo visible – que se extiende casi 14 mil millones de años luz en todas direcciones. Pero dondequiera que miremos, el universo tiene una temperatura uniforme. El hecho de que partes distantes del universo tuvieran la misma temperatura y densidad, sin al parecer haber estado en contacto, era un interrogante que la teoría del Big Bang sin inflación no podía explicar. La inflación cósmica sugiere que esas partes estaban unidas, y que menos de una billonésima de segundo después del Big Bang el universo sufrió un crecimiento exponencial que las separó a una velocidad superior a la de la luz debido a la expansión del espacio-tiempo, y no porque algo supere ese límite de velocidad. Pequeñas fluctuaciones cuánticas del universo inicial se amplificaron enormemente, y este proceso creó ondas de densidad que generaron pequeñas diferencias de temperatura en el espacio y puntos de mayor densidad, que se condensaron en las estructuras a gran escala del universo tales como galaxias y grupos de galaxias. La inflación también habría producido ondas gravitacionales primordiales, arrugas en el espacio-tiempo propagándose por el universo. Estas ondas gravitacionales fueron predichas por Einstein.
Durante 2014 un equipo internacional de científicos que trabaja en el telescopio de microondas BICEP-2 (Background Imaging of Cosmic Extragalactic Polarization), (en la imagen) instalado en la base antártica Amundsen Scott, anunció que había encontrado evidencias para dar sustento a la teoría de la inflación cósmica. Según el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian de EE UU: “ Se trataba de las primeras imágenes de ondas gravitacionales, ondas que se han descrito como los primeros temblores del Big Bang, y cuya existencia confirmaría la profunda conexión entre la mecánica cuántica y la relatividad general”.
Los científicos de BICEP2, creian haber descubierto la huella de estas ondas, y con una señal más fuerte de lo que se esperaba, en la radiación cósmica de fondo de microondas, que es la energía remanente de los inicios del universo. Sin embargo se pudo comprobar luego que la señal detectada era sólo polvo galáctico.
La existencia de ondas gravitacionales fue confirmada recién en 2016 por el proyecto LIGO, cuyos impulsores ganaron el Premio Nobel de física en 2017.
Podés leer sobre ese tema en nuestro artículo Ondas gravitacionales.
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